¿Cuándo empezar a leerle a los bebés?
Tal vez piensas que leerle a los bebés es algo para hacer cuando comienza a decir sus primeras palabras. Pero, en realidad, el amor por la lectura empieza desde mucho antes, ¡Puedes motivar esta actividad incluso desde el vientre! Hoy te contaremos cuál es la mejor forma de que amen los libros cuando estén más grandes.
Antes de que tuviéramos libros, teníamos las historias: las familias y las comunidades han usado desde siempre las historias para enseñarle a los más pequeños sobre el mundo que los rodea. Los libros son una forma de enriquecer estas experiencias de aprendizaje en familia y una costumbre que mejora la vida de niños y adultos.
¿Cómo empezar a preparar a tu bebé para amar la lectura?
Muchas mamás comienzan a hablarle a sus pequeños desde que están en el vientre, una forma de acostumbrarlos a su voz y de entregarles cariño a través del sonido. Durante el embarazo y en los primeros meses, los bebés no entienden las palabras que pronuncian quienes los rodean pero son capaces de reconocer en esas voces un tono amoroso y de relacionarlas con sensaciones positivas.
Los libros se convierten en grandes compañeros durante este periodo, pues ayudan a los papás y mamás a generar un vínculo con el bebé a través de su voz y a construir una costumbre durante toda su infancia: el momento de lectura de cuentos en familia.
Los libros también son juguetes
Para involucrar a los niños con los libros en sus primeros años, es importante buscar diseños hechos para ellos: cortos, de páginas gruesas y muy resistentes, con ilustraciones llamativas o incluso texturas para estimularlos. Deben ser de materiales no tóxicos porque a esta edad, al leerle a los bebés, ellos querrán llevárselos a la boca. ¡Jugar con el libro es parte de la enseñanza! Es una forma de asociar la voz de papá y mamá con un momento divertido de juego, además de comenzar a identificar las formas de las palabras y de las imágenes.
¿Qué beneficios puede tener la lectura en nuestros bebés?
- Durante sus primeros años, tu bebé no se convertirá en un lector pero sí podrá relacionar los libros con experiencias positivas y estimulantes junto a su familia.
- Enriquecerá su capacidad para escuchar e identificar palabras a medida que lo motiven a repetirlas y mejorará su capacidad de memoria, reconociendo incluso sus libros favoritos como lo haría con una canción o un dibujo animado.
- Podrá desarrollar su capacidad de abstracción, reconociendo que ciertos sonidos e imágenes representan objetos tangibles.
- Su imaginación se despertará como nunca, enriqueciendo en su mente con los cuentos que leen juntos.
¿Cómo usar la lectura para estimularlo cuando empieza a hablar?
Convierte la lectura en un ritual diario, puede ser antes de irse a dormir. Los cuentos para pequeños suelen tener palabras sencillas e imágenes fáciles de interpretar que enriquecerán su vocabulario. Busca que tu pequeño asocie la imagen con las palabras al pronunciarlas, puedes volverlo una invitación a que él las pronuncie, a que imite los sonidos que producen los animales y objetos que aparecen en la imagen o a que pase las páginas. Cuando estén fuera de casa, muéstrale que también se pueden leer otras cosas como letreros o afiches, para hacer más clara la relación entre el lenguaje hablado y escrito.
Cuando los niños son capaces de sostener crayones, los libros para colorear también se convierten en grandes aliados para estimularlos, permitiéndoles disfrutar la historia de una manera nueva.
Tips adicionales al leerle a los bebés:
- El ejemplo es clave: ver a mamá y papá leyendo constantemente será un estímulo para imitarlos.
- No le impongas una lectura, permítele elegir lo que quiere leer.
- No te desanimes si en ocasiones se distrae o prefiere hacer otra cosa, otro día querrá que le leas de nuevo.
- Convierte la lectura en un momento de afecto y alegría: concéntrate en la actividad, celebra su participación y termina con un gesto de amor como un beso de buenas noches.
- Elige historias cercanas a sus gustos: de carros, dinosaurios, castillos, mascotas, etc.
- No vuelvas la lectura una tarea, sino un momento cotidiano como lo puede ser ir al parque.
- Disfruta la lectura con tu hijo como si fueras un niño. Juega con tu voz, emociónate con cada página y muéstrale lo divertida que puede ser.