Realidad: no queremos decir que no puedas seguir tus rutinas, pero la realidad es que el proceso de gestación también nos invita a reflexionar sobre los hábitos que tenemos, los cambios que vendrán a nivel de pareja o de convivencia en familia. Así mismo, es un momento para vivir día a día, conectadas con el aquí y el ahora, aceptando los cambios físicos y emocionales que van surgiendo. De hecho, tan bienvenido es el cambio que el cuerpo debe modificar sus procesos internos para crear vida: la frecuencia cardiaca aumenta, el útero crece, la sangre cambia sus características. El cuerpo se adapta a un nuevo proceso, durante el cual tu sistema se comportará diferente y podrás sentirte fatigada, tener dificultad para respirar, ganas más frecuentes de orinar, mareos o hinchazón. Son aproximadamente 40 semanas para prepararnos para la llegada de una nueva vida y, este tiempo permitirá que podamos afrontar con sabiduría el posparto y la crianza. Con certeza será más sano para tu salud mental saber que habrá cambios, los cuales asumirás mejor si cuentas con la guía adecuada de un profesional de la salud.

Realidad: durante el proceso de gestación debemos consumir alimentos nutritivos, ojalá altos en hierro y calcio. Más que “comer por dos” es comer frecuentemente y en pequeñas cantidades para evitar las náuseas e ir conociendo nuestros niveles de saciedad, los cuales cambian mucho. También es recomendable aumentar el líquido que consumimos para que nuestra sangre fluya más y lleve todos los nutrientes a nuestro bebé. Un dato importante: la mayoría de las mujeres cambian su forma de comer, unas necesitan alimentarse más seguido, otras cuidarse de ciertos alimentos, otras no toleran algunos sabores, otras buscan sabores particulares. No olvides que sí existen algunas restricciones: elimina las proteínas crudas y pescados altos en mercurio, lava muy bien tus frutas y verduras, no consumas alcohol y disminuye la ingesta de cafeína.

Realidad: no hay evidencia que respalde esta afirmación. La mayoría de las mujeres describen movimientos sensibles a las 20 semanas de gestación. En esta etapa no existe un patrón distintivo de movimiento, pero una vez que inicia, es normal sentir algo de movimiento todos los días. Alrededor de las 28 semanas de gestación, tu bebé establecerá un ciclo de sueño y vigilia, esto significa que desarrollará un patrón de movimiento que es único para él. Sintonízate con tu bebé todos los días, te ayudará identificar o anotar sus horas de movimiento y detectar cambios. Si en cualquier momento detectas un cambio o disminución en los movimientos de tu bebé, debes consultar con tu médico.

Realidad: queremos desmitificar esta frase y, de esta forma, ver el embarazo con toda su esencia. Es un periodo lleno de ilusión para unas y para otras se vive con algo de tensión. Es un momento de mucha energía y vitalidad o, por el contrario, de más cansancio y emociones de tristeza. Son meses para leer, aprender y prepararse, en algunos casos, las mujeres pueden sentirse abrumadas con tanta información. Son meses para disfrutar con amigos y familiares, pero también se puede preferir estar sola o compartir con los más cercanos. En fin, la realidad es que en el embarazo como en cualquier etapa de la vida, todas las emociones son bienvenidas y sentirse culpable será lo menos recomendado, pues transitar por los cambios de rol y de vida, incluye aceptar que hay días buenos y otros no tanto, que es posible sentirse así, a pesar de estar creando una vida. Igual es importante reconocer cuándo estas emociones nos desbordan para consultar a tiempo con un profesional de la salud.