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TIEMPO DE LECTURA: 3 min

Tips e ideas para que los bebés tengan una buena salud oral 

Por: Manuela Huertas


¿Cuándo iniciar la higiene oral en nuestros bebés? y ¿cuáles son las prácticas adecuadas que debemos tener en cuenta? Son algunas de las preguntas más frecuentes que nos hacemos los padres de familia cuando a nuestros bebés empiezan a nacerles sus dientecitos.

La higiene oral inicia desde la erupción del primer diente, desde ese momento se recomienda iniciar el cepillado. Para ello, es necesario hacer uso de un cepillo tradicional para niños, de cerdas suaves, pequeño y preferiblemente con cabeza de silicona para no lastimar las encías del bebé. Durante esta etapa, es importante tener en cuenta que los cepillos de silicona y dedal de silicona son para aliviar los síntomas de la erupción dental y para la limpieza de las encías y la lengua. Sin embargo, para remover la placa bacteriana de los dientes, es necesario el uso de cepillos de cerdas tradicionales. Adicional al uso del cepillo, también se debe iniciar la aplicación de crema dental con flúor (sí, leíste bien, con flúor). Si respetamos las cantidades de crema que se deben aplicar, lograremos implementar una de las medidas más efectiva para evitar la caries.

¿Y cuáles son esas cantidades de crema dental que debemos usar?

Inicialmente, te recomiendo verificar que el porcentaje de flúor de la crema que elegiste sea el adecuado. Este debe indicar entre 1000 y 1500 ppm (partes por millón) de flúor. Ahora sí, hablemos de las cantidades.

Las cantidades de crema dental recomendadas son:

1. Una medida similar a la de medio grano de arroz crudo, para cuando al bebé le estén erupcionando los dientes incisivos, es decir, los dientes de adelante.

2. Una medida similar a la de un grano de arroz crudo, para cuando los bebés tengan los molares, es decir las muelita, en este momento necesitamos más crema para distribuirla mejor.

3. Una medida similar a la de una arveja, esta porción es ideal a partir de los 3 y 4 años, pues los pequeños ya saben escupir y no se tragan la crema dental.

Algunos tips adicionales son:

  • El cepillo debe estar seco antes de cepillar los dientes.
  • Es importante usar seda dental en lugares donde generalmente no llega el cepillo de dientes.
  • El cepillado debe tener una duración aproximada de dos minutos, cuando ya se cuenta con todos los dientes.
  • Cepillar los dientes mínimos dos veces al día y, preferiblemente, dormirlos con los dientes limpios.
  • Evita el consumo de azúcar antes de los dos años. Luego, controla la cantidad con una dieta saludable.
  • Asistir antes del primer año a la primera cita de odontopediatría y llevarlo a controles entre dos y tres veces al año.

Como mamá, sé que es difícil y, en algunos casos, es retador generar en nuestros hijos los hábitos de una buena higiene oral, pues encontramos resistencia por parte de ellos. Sin embargo, la idea es convertir la rutina de higiene oral en un momento divertido para los pequeños. Quiero dejarte algunos consejos que me han ayudado como mamá y que suelo compartir con mis pacientes:

  • Todos funcionamos mejor con rutinas y los niños no son la excepción. Las imágenes visuales también son de gran ayuda.
  • Ponlo a escoger entre dos cepillos de dientes; por ejemplo: ¿hoy quieres usar el cepillo el verde o quieres el cepillo el azul?
  • Entrégale el cepillo de dientes y déjalo que lo reconozca, juegue con él y lo explore.
  • Sin quitarle ese cepillo y mientras tiene sus manos ocupadas, trae otro cepillo de dientes con la crema con flúor y cepíllalo tú.
  • Cántale una canción, cuéntale los dientes, una historia, jueguen a buscar los diferentes alimentos que consumieron en el día entre sus dientes.
  • Usa un reloj de arena o cepillos de luces para contabilizar el tiempo, recuerda que debe ser de 2 minutos.
  • El ejemplo es lo más importante, lávense los dientes en familia.

Es muy importante tener presente que el cepillado es nuestra responsabilidad como padres o cuidadores, teniendo en cuenta que los niños menores de ocho años no tienen la motricidad adecuada para realizarlo. El mejor regalo que podemos darle a nuestros hijos es asegurarnos que sean parte de una generación cero caries.

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